Al salir del hotel de Don Joaquín, en San Ignacio de Moxos, uno pisa una pequeña alfombra de goma negra que dice "Welcome". La propia observación me pareció anecdótica, fruto de mi fijación por lo extraño, y imaginé que alguna persona la levantó para limpiar y la dejó caer, por simple azar, en esa posición.
Anoche fui a tomar una cerveza a un bar donde tienen una de esas gramolas electrónicas. Hoy había alguna noticia sobre Camilo Sesto en la televisión, que aquí es popular, pero yo metí una moneda para hacer sonar una canción en inglés.
Después hemos escuchado tres veces seguidas "La reina del sur" del grupo mexicano "Tigres del Norte", por cortesía de Esteban Mole Calle. Al menos tiene tres cosas mexicanas este hombre: el gusto musical, el primer apellido y la melancolía y obstinación necesarias para poner la misma canción tres veces seguidas mientras habla de las oportunidades perdidas y lo pobres que son los bolivianos.
Cuando ya le había invitado a cerveza y "nos habíamos hecho amigos" me pidió dinero. "Algo que para mí no es mucho y para él sí". Me explicó que preguntar no es ofensa, igual que el otro paisano que el día anterior me había pedido.
Pero surge la culpa cuando uno tiene más que el otro. Así que necesito hacer el cálculo. 2000 pesos bolivianos gana para vivir un mes con su familia. 300 para la casa. Para comida no lo sé.
Luis vive como turista austero con unos 3000 pesos bolivianos. Puede ser que sea apretado vivir con esos 2000 al mes, pero se lamentaba demasiado y pedir no es demasiado creativo.
Resumiendo: NO.
Quizás como hijo de ricos aceptaría darte mucho dinero, pero sólo por ser europeo no.
Él tampoco se ofendió, y llegamos a un trato: si vuelvo por aquí tengo que venir con una máquina para detectar oro y plata. En españa hay de esas, y aquí en Bolivia hay oro y plata, pero no hay tecnología para encontrarlos. El plan era venir con una de esas maquinitas, que ocupa menos de 30 cm., empezar a las 7 de la tarde, con un pico y una pala, hasta las 2 de la madrugada, y al dia siguiente volar con ello hasta europa, venderlo y vuelta a empezar. De esa forma nos hacemos millonarios los dos. En otras circunstancias hubiera pensado directamente que es esquizofrénico, pero en pueblo donde el hotel tiene un tigre por mascota y en la iglesia los cristos visten una falda rosa de mujer, en un lugar así todo puede ser.
Anoche fui a tomar una cerveza a un bar donde tienen una de esas gramolas electrónicas. Hoy había alguna noticia sobre Camilo Sesto en la televisión, que aquí es popular, pero yo metí una moneda para hacer sonar una canción en inglés.
Después hemos escuchado tres veces seguidas "La reina del sur" del grupo mexicano "Tigres del Norte", por cortesía de Esteban Mole Calle. Al menos tiene tres cosas mexicanas este hombre: el gusto musical, el primer apellido y la melancolía y obstinación necesarias para poner la misma canción tres veces seguidas mientras habla de las oportunidades perdidas y lo pobres que son los bolivianos.
Cuando ya le había invitado a cerveza y "nos habíamos hecho amigos" me pidió dinero. "Algo que para mí no es mucho y para él sí". Me explicó que preguntar no es ofensa, igual que el otro paisano que el día anterior me había pedido.
Pero surge la culpa cuando uno tiene más que el otro. Así que necesito hacer el cálculo. 2000 pesos bolivianos gana para vivir un mes con su familia. 300 para la casa. Para comida no lo sé.
Luis vive como turista austero con unos 3000 pesos bolivianos. Puede ser que sea apretado vivir con esos 2000 al mes, pero se lamentaba demasiado y pedir no es demasiado creativo.
Resumiendo: NO.
Quizás como hijo de ricos aceptaría darte mucho dinero, pero sólo por ser europeo no.
Él tampoco se ofendió, y llegamos a un trato: si vuelvo por aquí tengo que venir con una máquina para detectar oro y plata. En españa hay de esas, y aquí en Bolivia hay oro y plata, pero no hay tecnología para encontrarlos. El plan era venir con una de esas maquinitas, que ocupa menos de 30 cm., empezar a las 7 de la tarde, con un pico y una pala, hasta las 2 de la madrugada, y al dia siguiente volar con ello hasta europa, venderlo y vuelta a empezar. De esa forma nos hacemos millonarios los dos. En otras circunstancias hubiera pensado directamente que es esquizofrénico, pero en pueblo donde el hotel tiene un tigre por mascota y en la iglesia los cristos visten una falda rosa de mujer, en un lugar así todo puede ser.